En un entorno empresarial donde cada día se exige mayor transparencia y calidad en la información en la relación con inversores, las empresas deben penar en la forma en que establecen diálogo. Los inversores requieren un tratamiento específico, un lenguaje concreto y una dinámica propia.
No sólo se trata de presentar cifras, balances y cuentas de resultados, se trata de hacerles ver el valor de las decisiones de negocio, de comunicar con claridad para asegurarnos la comprensión y de comprometerles con el futuro y el proyecto.
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